Aunque para muchos el “olor a nuevo” de un coche puede resultar atractivo, la realidad es que este aroma proviene de la liberación de compuestos orgánicos volátiles (COVs), una mezcla de sustancias químicas que pueden tener efectos perjudiciales tanto para la salud, como para el medio ambiente. Frente a este desafío, nace el proyecto H₂ODOR, una iniciativa puntera liderada por AIMPLAS, Instituto Tecnológico del Plástico, que persigue una solución doble: reducir este tipo de olores y, al mismo tiempo, impulsar el uso de materiales reciclados en el sector de la automoción.
El proyecto H₂ODOR, financiado por IVACE+i y los fondos FEDER, se centra en la creación de nuevos materiales termoplásticos basados en poliolefinas recicladas postconsumo, libres de contaminantes y olores, especialmente diseñados para su aplicación en el interior de vehículos.
Estos nuevos materiales no solo deben cumplir con los estrictos requisitos técnicos del sector (como resistencia térmica o comportamiento frente a la radiación UV), sino que además deben ser sostenibles, rentables y agradables para el usuario final.
Para ello, el proyecto se centrará en optimizar el pretratamiento del plástico reciclado mediante la incorporación de tecnologías avanzadas de descontaminación y desodorización basadas en agua, con el objetivo de minimizar de forma significativa la presencia de compuestos volátiles en el interior del vehículo.
“Nuestro objetivo es demostrar que es posible fabricar materiales reciclados de alta calidad, con bajo impacto ambiental y reducir su olor, que sean competitivos para su uso en el interior de los vehículos. Es una apuesta clara por la economía circular sin renunciar a la seguridad y el confort”, ha destacado Juan Alfonso Naranjo, investigador en Movilidad sostenible y del futuro en AIMPLAS.